El universo tecnológico que nos rodea crece, se perfecciona, se multiplica. Si ha sentido la penosa sensación intelectual de estarse quedando atrás en la materia, mientras que el resto del mundo, incluidos los ancianos, se pone en línea; actualícese. Nosotros le facilitamos una amistosa guía de acercamiento al mundo cibernético. Este libro es un práctico manual para traducir la jerga de Internet. Ocupándolo se dará cuenta de que unirse a la revolución de las comunicaciones es fácil y muy entretenido. Esta edición completamente actualizada lo pone al día con la banda ancha, las conexiones inalámbricas, el correo electrónico, el uso de blogs, los buscadores y, además, le ofrece recomendaciones muy necesarias sobre la seguridad en su equipo. De todo para el interesado; porque ahora desde su casa la red lo vincula con cada rincón del planeta.
John R. Levine fue miembro de un club de informática en la secundaria, antes de que los estudiantes de secundaria o incluso las escuelas tuvieran equipo de cómputo. Fue ahí donde conoció a Theodor H. Nelson, el autor de Computer Lib/Dream Machines e inventor del hipertexto, quien nos recordó que las PC no deberían tomarse en serio y ue todas las personas pueden y deben comprenderlas y usarlas.
Carol Baroudi comenzó a jugar con PC en 1971 en la Universidad de Colgate, donde había dos novedades: el PDP-10y las mujeres. Tuvo suerte de tener acceso ilimitado a lo último en PDP-10, donde aprendió a programar, operar la máquina y a hablar con Eliza (una psiquiatra en la computadora). Enseñó ALGOL y ayudó a diseñar el currículo de computación y de estudios de la mujer. Se ggraduó en español y estudió francés, el cual, gracias a Internet, ahora puede usar todos los dìas.
En la secundaria, Margaret Levine Young estuvo en el mismo club de informática que su hermano mayor, John. Permaneció en el campo durante su tiempo en la universidad en contra de su mejor juicio y a pesar de la presencia de John como estudiate de postgrado en el departamento de Computación. Margy se graduó de Yale y siguió adelante hasta convertirse en una de las primeras administradoras de PC a principios de 1980 en Columbia Pictures, donde compartió el elevador con grandes estrellas cuyos nombres ni siquiera soñaría con mencionar aquí.